miércoles, 7 de julio de 2010

Cerrazón



Su espalda y su rostro,
agradecían la bendición
de la lluvia y de la brisa .
Ya no sentía el frío de Agosto,
la cubria el calor
de las heridas.

En esos días
de lucha ,
cuando él no sonreía,
corría a refugiarse
entre los árboles,
con jirones de ropas tironeadas.

El brillo de la luna
la encontró dormida.
Sus ojos cansados
la miraron resignados,
mientras alzaba sus manos
pidiendo salvación.

1 comentario:

  1. mmmh... la luna es muy misteriosa. De seguro no la va a salvar, pero sí la va a llevar a transitar lugares increíbles.

    Besos!!

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Siento el canto de la sirenas que dicen...