Su espalda y su rostro,
agradecían la bendición
de la lluvia y de la brisa .
Ya no sentía el frío de Agosto,
la cubria el calor
de las heridas.
En esos días
de lucha ,
cuando él no sonreía,
corría a refugiarse
entre los árboles,
con jirones de ropas tironeadas.
El brillo de la luna
la encontró dormida.
Sus ojos cansados
la miraron resignados,
mientras alzaba sus manos
pidiendo salvación.
mmmh... la luna es muy misteriosa. De seguro no la va a salvar, pero sí la va a llevar a transitar lugares increíbles.
ResponderEliminarBesos!!