Ilusionados,
los aventureros
escalan
con cuerdas de sueños,
el pico más alto
de los cuentos encantados.
Los ángeles
guardianes de miradas,
tejen velos de ilusión
ataviados con sonrisas.
La piel resiste
el encanto de volar
en un instante
hacia la cima,
hacia la luna.
Nada que quite
el placer del esfuerzo,
la vista del camino,
la ansiedad por la llegada.
La subida es empinada,
exóticas flores
cubren de nieve
las misteriosas rocas.
Empecinados
los aventureros,
se arriesgan a
intentarlo.
UN HOMBRE EN LA COMUNIDAD: EL LEGADO DE JORGE CASARETTO
Hace 5 semanas
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