sábado, 4 de julio de 2009

la cueva en la pared

-Santiago, sentís los gritos? Vienen de la cueva, estan pidiendo ayuda, escuchas ? ---Ni siento ni veo nada Ana, esta todo oscuro, no estarás escuchando el viento?. Acá arriba el viento parece que nos hablara.
-No, sentí clarito “ Déjame salir, déjame salir” . Voy a entrar puede haber alguien en peligro, además ya es casi de noche no podemos bajar la montaña sin luz.
La cueva estaba al final de una escalera de piedras, la entrada era angosta y oscura . Las linternas alumbraban casi un metro de distancia por lo tanto iban con cautela. No se sentía ninguna voz, si el sonido de agua que corrian, como una especie de casacada, y parecia estar cerca.
-Viste, te dije Ana que no había nadie, era el ruido del agua y el viento, ahora tenemos que pasarnos la noche en esta cueva.Ya estaríamos bajando, y ni siquiera tenemos los sacos para dormir.
-Te digo que escuché un grito de una mujer, estaba asustada, no me pude equivocar tanto, vamos a seguir buscando un poco más, si fue solo un ruido de afuera esperamos a que amanezca y nos vamos .
Decidieron seguir el en dirección a la casacada hasta encontrarla, despues de caminar por mas de media hora.
Se sentaron a descansar, estaban caminando desde la tarde y ademas de la altura no habia ventilación suficiente.
-Ana, que esta pasando ? estan golpeando ?
- No ,son tambores, y vienen de abajo.Esto no me gusta nada.
-Ahora lo decís ?. Con esta oscuriad no podemos irnos, pero tampoco tenemos porque seguir , puede ser peligroso, esperemos acá hasta que amanezca .
-Se supone que yo debería tener miedo y vos ser el valiente no ? Ya estamos involucrados en esto, no puedo dejar a esa mujer ahí. Tenemos que encontrar como bajar , los tambores pueden guiarnos .
Caminaron por mas de una hora, los tambores bajaban y subían el volumen y cada tanto se sentía algún grito . Cuando salieron de un laberinto de recobecos y caminos llegaron a una entrada disimulada con ramas. Dejaron un espacio libre para entrar, y enseguida estaba la escalera .El agua se sentía lejos y los tambores cada vez más cerca . La escalera era en piedra y casi no veian los escalones , pero apagaron sus linternas para no llamar la atención.
Otra vez los gritos “Déjame salir, que alguien me ayude “ esta vez se sentían muy cerca . Ana comenzó a correr hacia el lugar para salvar a la mujer, pudo mas su instinto que el miedo .
-Ana, no vayas, no corras ,espérame, Ana ¡¡¡¡
Cuando Santiago logró alcanzarla, se prendieron todas las luces.
-Corten, Corten, Corten, que hace esta mujer acá ?. Luis quienes son estos dos , periodistas ? ya te dije que no quiero prensa hasta no terminar la película. Que falta de seriedad.Por favor todos a sus puestos , filmamos la escena otra vez.

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Siento el canto de la sirenas que dicen...